1. LEER EL DISCURSO Y LUEGO RESPONDER LAS PREGUNTAS, SUSTENTANDO LAS RESPUESTAS CON EVIDENCIAS ( FRAGMENTOS DEL PÁRRAFO).
No me digas que las palabras no importan (fragmento).
Lo más importante que podemos hacer es
reconectar al pueblo americano en el proceso
de gobernar. Hacer que se emocionen y se
interesen otra vez en lo que funciona y en
lo que puede funcionar en nuestro gobierno.
Hacer que la política sea importante otra vez y
relevante otra vez. No me digan que las palabras
no importan.
“Yo tengo un sueño”, solo palabras. “Sostenemos
como evidentes por sí mismas dichas verdades:
que todos los hombres son creados iguales”,
solo palabras. “No hay nada que temer más que
al miedo mismo”, solo palabras. Solo discursos.
Es cierto que los discursos no resuelven todos
los problemas, pero lo que también es cierto es
que si no podemos inspirar para creer otra vez,
entonces no importa cuántas políticas y planes
tengamos. Y por eso me estoy postulando para
ser presidente de los Estados Unidos de América.
Y es por eso que ganamos ocho elecciones
consecutivas, porque el pueblo americano
quiere creer en el cambio otra vez.
No me digan que las palabras no importan.
No me digan que los ideales y la inspiración
no importan. No me digan que la esperanza
no importa.
Es fascinante para mí ver como critican mi
campaña porque hablo demasiado sobre la
esperanza. “Oh, está hablando de esperanza otra
vez, es tan ingenuo. Es tan idealista. Su cabeza
esta en las nubes, es una caja de esperanzas. El
necesita una dosis de realidad. Está vendiendo
falsas esperanzas”. ¿Falsas esperanzas?
¿Falsas esperanzas? Aparentemente la noción es
que si hablas de esperanza entonces debe ser
que no tienes una visión clara de la realidad.
Que debes estar, tú sabes, yendo por ahí,
tan feliz como se puede ser, ignorante de la
existencia de esos republicanos malvados que
hay por ahí, de todas las barreras que hay en tu
camino. ¡Escuchen! Es verdad, yo hablo mucho
sobre la esperanza. Hablo sobre esperanza
porque es muy inverosímil que yo este parado
aquí en este escenario esta noche.
Soy hijo de una madre adolescente, mi padre
se fue cuando yo tenía dos años. Fui criado por
una madre soltera y por mis abuelos. Ellos no
tenían dinero, no tenían riquezas. No tenían
estatus. Me dieron amor, me dieron educación
y me dieron esperanza. Así que sí, hablo sobre
esperanza, nosotros ponemos la esperanza en
nuestra vista. Pronuncié un discurso sobre la
esperanza en Boston y escribí un libro sobre la
esperanza llamado La audacia de la esperanza.
Pero esta noción de que de alguna forma las
esperanzas son falsas implica que la esperanza
es optimismo ciego, que tú eres pasivo, que
estás sentado esperando a que pasen cosas
buenas, que retrocedes ante una pelea. Eso no
es lo que la esperanza significa. Esperanza no
es optimismo ciego. No se trata de ignorar los
retos en tu camino. Yo sé que va a ser duro traer
el cambio a nuestro país. Yo sé que va a ser duro
proveer servicio de salud para todos. Si fuera
fácil, ya se habría hecho. Se lo difícil que será
llevar a cabo una política de energía inteligente
en este país. ExxonMobil hizo 11 billones de
dólares en los cuatro meses pasados. Ellos no
querrán renunciar a sus ganancias fácilmente. Se
lo difícil que será aliviar la pobreza en lugares
como Inner-city Milwakee o el sur de Chicago
donde la pobreza ha sido construida durante
generaciones enteras, a través de siglos. Igual
que en las reservas. Hay una historia larga ahí
que nunca hemos estimado realmente.
Se lo difícil que será arreglar nuestras escuelas,
porque no es solo una cuestión de dinero, es
una cuestión de cambio de actitudes. Vamos
a cambiar la forma en que les ensenamos a
nuestros hijos, vamos a cambiar la forma en
que los nutrimos, vamos a tener que criarlos.
Y cambiar culturas es difícil. Lo sé porque
he luchado en las calles como organizador,
he luchado en las cortes como abogado de
derechos civiles, he luchado en la Legislatura
y he ganado algunas buenas batallas, pero
también he perdido algunas veces, porque yo sé
que las buenas intenciones no son suficientes si
no estamos fortalecidos con voluntad política y
poder político.
He visto cómo la política puede ser usada
para que temamos los unos a los otros. Y
como nos enfrentamos unos a otros; cómo el
miedo puede nublar el juicio y he visto cómo
los homosexuales son usados como chivos
expiatorios, así como los inmigrantes que no
se parecen a nosotros o musulmanes, porque
nuestras propias vidas no van por buen camino.
Se lo difícil que es el cambio, pero Demócratas,
también se esto, también sé que nunca nada
que valga la pena en este país ha pasado a
menos que alguien estuviera dispuesto a tener
esperanza. Así es como este país fue fundado
por esa generación grandiosa, por ese grupo de
patriotas que declararon nuestra independencia
del poderoso imperio británico. Nadie les
dio una oportunidad. Así es como esclavos y
abolicionistas resistieron ese sistema malvado,
y como un nuevo presidente fue a la corte para
asegurarse de que este país no permaneciera
mitad esclavo y mitad libre.
Así es como una gran generación, la generación
de mis abuelos…mi abuelo luchando en la
Segunda Guerra Mundial. Mi abuela quedándose
atrás con un bebe y trabajando en la fábrica
de ensamblaje de Boeing, así es como esa gran
generación venció a Hitler y salió de la Gran
Depresión. Así es como se pobló el oeste, con
mucho coraje, pero también con esperanza.
Así es como algunos inmigrantes vinieron
desde playas lejanas, inseguros de lo que iban a
encontrar, pero con la certeza de que querían
una vida mejor para sus hijos. Así es como los
trabajadores ganaron el derecho a organizarse
en contra de la violencia y la intimidación. Así
es como jóvenes viajaron hacia el sur, para
marchar y fueron golpeados, algunos fueron a la
cárcel, otros murieron por la libertad.
Eso es la esperanza, eso es la esperanza,
imaginar y luego luchar, trabajar por lo que
antes parecía imposible. Eso es liderazgo.
jfk no miro hacia la luna y dijo “Oh, eso está
muy lejos. No podemos ir”. ¡Falsas esperanzas!
Martin Luther King no se paró en los escalones
del monumento a Lincoln y dijo váyanse a casa,
el sueño está muerto. ¡Falsas esperanzas! Todos
ustedes necesitan una dosis de realidad.
Hay un momento en la vida de cada generación
en que el espíritu de esperanza tiene que
volverse real si vamos a dejar nuestra huella en
la historia.
Un momento en que dejamos al miedo, la duda
el cinismo a un lado y dejamos de conformarnos
con lo que los cínicos quieren que nos
conformemos. Cuando nos unimos y decidimos
que vamos a doblarnos las mangas (o alguna
expresión que exprese con metáforas que vamos
a ponernos a trabajar) para reconstruir este país
cuadra por cuadra, barrio por barrio, comunidad
por comunidad, estado por estado.
Cuando decidimos desde nuestras entrañas,
cuando estamos convencidos de que nuestros
hijos y nietos merecen la misma oportunidad
que alguien nos dio a nosotros. Cuando estamos
dispuestos a luchar con base en la convicción
de que vamos a hacer que el sueño siga vivo
para esos que todavía añoran justicia y están
sedientos por una oportunidad.
Y Demócratas, este es nuestro momento, es
nuestra hora. Y si ustedes se quedan conmigo
el martes, si votan por mí el martes, si están
dispuestos a marchar y a organizarse y a tocar
puertas y a hacer llamadas y a atraer a la gente
joven y a hacer que los mayores se revitalicen
y que los que están en el medio se involucren.
Les prometo que no solo ganaremos Wisconsin,
ganaremos esta nominación, ganaremos las
elecciones generales y juntos, ustedes y yo,
cambiaremos este país, transformaremos
el mundo.
Gracias Wisconsin, los amo.
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